Como ya hemos contado, la planta Cannabis Sativa tiene dos variedades: el cáñamo y la marihuana. El CBD viene del cáñamo, es el segundo ingrediente activo más abundante del cannabis, responsable de las propiedades terapéuticas que se atribuyen a la planta según la investigación científica. Hablamos de una sustancia totalmente segura, sin efectos secundarios ni riesgo de provocar dependencia, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Según estudios preliminares tiene acciones analgésicas, antiinflamatorias y ansiolíticas. La causa de esta polivalencia está en el sistema endocannabinoide como ya hemos explicado.
Aparece el CBG: ¿Qué es el cannabigerol?
Es otro de los cannabinoides principales en el Cáñamo o Cannabis Sativa L. de la versión ácida del CBG, el CBGA. Conforme va creciendo la planta, gran parte de la totalidad del CBGA se convierte en THCA o CBDA. Su método de cultivo está cambiando y se está trabajando en cepas con mayor porcentaje de CBG por estudios de sus beneficios. El CBG, al igual que el CBD, no es un cannabinoide tóxico, según la Escuela de Salud de Harvard.
Diferencias entre CBD y CBG
En 2016 se encontró según estudios, que el CBG puede estimular el apetito sin los efectos secundarios del THC. En 2020 se destacó las propiedades antibacterianas del CBG, hasta el punto de igualar a un antibiótico muy conocido. En comparación sobre la información científica del CBD, la del CBG es superior en la regulación del apetito, aumento de la concentración, trastornos intestinales y síntomas derivados del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).
La flor del CBD es más potente y sofisticada, por tanto la de CBG desprende un aroma más discreto y es menos vistosa.